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martes, 21 de abril de 2009

Diputado Eugenio Burzaco: “El kirchnerismo logró una crispación que separa a la ciudadanía de la dirigencia”

Tiempo Argentino / Zetavisión / Zeta Inter Press / Agencia Nova


“Debemos tratar el problema de la inseguridad desde sus bases estructurales y desde un sistema penal que funcione en tiempo y forma, y con un modelo proactivo”, señala el diputado nacional Eugenio Burzaco (PRO), secretario de la Comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico y vocal de la Comisión de Seguridad Interior. Tras el asesinato de Daniel Capristo en Valentín Alsina, Lanús, volvió a abrirse el debate por la inseguridad y, con él, la cuestión de la baja de la edad de imputabilidad de los menores. De éste y otros temas el legislador nacional charló en una entrevista exclusiva de Agencia NOVA.


-El crimen cometido por un menor en Lanús reabrió el debate por la inseguridad y las formas de combatirla. Usted, como especialista en el tema, ha trabajado en el Congreso. ¿De qué se trata su proyecto?

- Tengo presentada una Ley Penal Juvenil, que es uno de los 12 proyectos que hay actualmente con estado parlamentario en el Congreso nacional y que no se tratan porque el FpV no los quiere tratar. Los proyectos son de todos los colores políticos. Es una responsabilidad que tiene la Argentina desde hace años, y que está mirando hacia otro lado, que tiene que ver con la edad de imputabilidad: mi proyecto la baja a los 14 años, otros la bajan a menos, pero no están en 18, como es hoy. Tiene que ver, además, con un enfoque integral y de respuestas a todo el problema de los menores en conflicto con la ley. Por la existencia de este vacío legal, pasan las cosas que pasan: muchos menores tiene problemas y la Justicia no puede actuar, justamente por su condición de inimputables. Y la imputabilidad es a partir de qué edad los hacemos a los chicos responsables de sus actos. (Ricardo) Lagos, un presidente socialista, en Chile bajó la edad de imputabilidad a los 13 años, así que no es un marco ideológico, sino de cómo vamos a dar respuesta a esto. Hace una semana, el juez (ministro de la Corte Suprema, Eugenio) Zaffaroni dijo que había que bajar la edad de imputabilidad a los 14 años, así que espero que este debate se dé y que empecemos a dar la respuesta primero desde el marco legal y después desde las políticas públicas. En la provincia hay 500 mil chicos que no estudian ni trabajan, o sea que es un problema social y de base muy seria que hay que tratar, porque no le estamos dando a nuestros jóvenes una oportunidad a futuro.


- ¿Cómo ve el debate que se va a dar en el Parlamento? Al principio parecía que el oficialismo se iba a negar a tratar el tema, pero ahora han anunciado que lo harán.

- El oficialismo está en una lógica empecinada de negar la realidad. Lo hacían con la inflación, lo vienen haciendo con la inseguridad hace años, ahora lo hacen con el dengue. Es como si ellos no asumieran la realidad, y ésta no sea conflictiva. Eso es una visión autista de la realidad. Los problemas están. Hay que enfrentarlos, hay que explicarle a la sociedad lo complejo que son estos problemas, y que no tienen soluciones mágicas. Pero en la medida en que no se aceptan estos problemas, no se pueden solucionar. Después, es mucho más difícil y complejo resolver situaciones como las que tienen Brasil, México, Colombia, Venezuela, de un crimen organizado enquistado en la sociedad, con sectores enteros que están dominados por las bandas de narcotráfico. En Argentina estamos a tiempo, pero no veo ninguna predisposición del Ejecutivo nacional y provincial, apelando a parches, para resolver un tema tan complejo como es el de la criminalidad en Argentina.

- El Gobierno tiene una visión similar a la del juez Zaffaroni cuando dice que los medios crean una especie de histeria colectiva por la inseguridad, cuando ésta no sería tan real como parece.

- Eso es una mentira. Aún con las cifras edulcoradas que nos presenta Aníbal Fernández (ministro de Seguridad y Justicia), atrasadas en dos años y demás, tenemos el triple de delitos y el doble de homicidas que teníamos hace 15 años atrás. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Matan dos veces más personas de las que mataban hace 15 años. Y hablo de tasas de delitos controladas por la población. Hay una miopía y una lógica de negar la realidad. Y así no se puede actuar a fondo. Hay 500 mil chicos que no están terminando su relación formal ni se están insertando en el mundo laboral. ¿Qué van a hacer en el futuro? Si no tratamos este problema desde sus bases estructurales y desde un sistema penal que funcione en tiempo y forma y con un modelo proactivo de seguridad y no un modelo reactivo que corre detrás de los problemas, no vamos a llegar a la solución. Hay que tener una visión preventiva, entender cuáles son los patrones del delito, tener mapas de inseguridad y salir a buscar esos patrones más recurrentes. Nosotros tenemos tratados internacionales que nos obligan a tratar este tema. Sin embargo, lo estamos incumpliendo.

-

¿Cómo ve el Plan de Seguridad que en su momento presentó al Presidenta primeramente para las provincias de Mendoza y Buenos Aires?

- Es un gran parche. En vez de los parches pequeños a que nos tenían acostumbrados cuando mandaban cinco patrulleros y 15 efectivos detrás de cada crisis a cada municipio, ahora han aplicado un parche de más volumen: cuatro mil policías, celulares… Pero no hay un cambio significativo de la política de seguridad, ni hay ese cambio por un modelo proactivo: un plan de seguridad que no habla de narcotráfico, de crimen organizado, de piratas del asfalto, de venta de armas ilegales, que no habla de fiscalías, de juzgados que están dando fechas del año 2014. Es un problema sistémico, estructural: no se resuelve con una foto con cinco patrulleros delante de una cámara. Tiene que ver con esta tendencia a administrar el problema, a pensar que se puede ir administrando la crisis, que requiere ir a fondo, y esto no está en las autoridades nacionales o provinciales.

- ¿Usted ve al ambiente político tan crispado como afirma la mayor parte de la oposición, o se trata de un período pre-electoral más?

- Ha habido una lógica del kirchnerismo que está llegando a su fin, que es la de plantear la política en términos de unos o otros, blancos y negros, de sacar las palabras consenso y diálogo de la lógica política, y eso ha ido empapando el clima político general en Argentina. Los ánimos están permanentemente crispados, siempre las discusiones están al borde del precipicio. Uno lo ve en el tema del campo, un tema que es bastante obvio y que hace a uno de los sectores más productivos de la sociedad, y que tiene paralizado al interior de la Provincia. Hay ciudades enteras que están paralizadas, y no me refiero sólo al productor de soja, sino a los comerciantes del pueblo. Lo que falta ahí es diálogo, entender que si no se produce más no se revierte este círculo negativo. Se hace oídos sordos, se piensa en ‘ellos o nosotros’, así, se está paralizando a un sector productivo de la economía. Esto se reproduce en cada sector de la política. Me parece que eso es lo que, espero, el 28 de junio cambie en la Argentina, y entremos en una etapa de mayor diálogo, consenso y de construcción de políticas de Estado, donde podamos acordar o disentir, pero que no es todo el fin del mundo, no es ‘yo o el abismo’. Los sistemas políticos normales tienen Gobierno, oposición, se acuerdan algunas cosas y se disienten en otras. El kirchnerismo ha logrado esta crispación que se traslada a la ciudadanía, tan disociada con la dirigencia.

- ¿Cómo ve la iniciativa de las listas testimoniales?

- Una vez más, violentamos el principio de representatividad. Porque entiendo que haya funcionarios que renuncien a un cargos ejecutivos para ir a uno legislativo, porque tenemos un sistema presidencialista donde no se pueden compartir cargos. Ahora, lo que no puedo entender es que un funcionario se presente a un cargo legislativo diciendo de antemano que nunca va a asumir ese cargo, porque ahí está violentando el principio de representatividad. Lo hacen porque es ‘ganar o el desastre’, y la verdad es que el sistema político no se puede mover en esos parámetros, y esto amplia cada vez más la brecha entre los ciudadanos y quienes los representamos. Porque no encuentran desde el Estado respuestas a sus problemas reales, ya que ven a los políticos hablando de temas que no pasan por el día a día de los ciudadanos, y tienen que llamar a todos -oficialismo y oposición- a trabajar más y mejor por los problemas de los ciudadanos. tiempoargentino@gmail.com

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