CABA-Elecciones: Mauricio Macri ganó por 22 puntos de diferencia y hay ballottage

Tiempo Argentino/Zetavisión/ Z Inter Press
El candidato de PRO sacó una notable diferencia a su máximo perseguidor, el postulante oficialista y ministro de Educación. Tras conocer los resultados oficiales, el líder de PRO aseguró que "en la Ciudad ganó el cambio"

Sin un discurso armado, entre lágrimas y acompañado de su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, el gran ganador de la jornada se refirió a los porteños que depositaron la confianza en su postulación.

"Nos comprometemos con Gaby y todo el equipo a compensar esa confianza con mucha dedicación, con mucho trabajo y con mucho esfuerzo", fueron las primeras palabras de Macri, una vez conocido los cómputos oficiales.

Luego de agradecer al electorado porteño, dijo: "No nos vamos a cansar hasta resolver los problemas de seguridad, de transporte público. Que resolvamos los problemas de violencia, de basura, de tráfico, de casas tomadas...".

"No vamos a agraviar, no vamos a calumniar, no vamos a hacer denuncias. Vamos a apostar al voto positivo, a que todos nos contagiemos desde el primer día", agregó.

También hizo un lugar en su discurso para felicitar al resto de los candidatos que participaron de la contienda electoral porteña.

"Cada vez estamos más cerca de que hablemos menos, y hagamos más", completó.

"La política tiene que ser constructiva, con propuestas. Queremos estar después del 24 de junio cerca de los vecinos. La campaña es un medio para mejorar la calidad de vida, eso es lo que queremos y estamos trabajando para el ballottage y para el 10 de diciembre, cuando tengamos que arrancar", dijo Macri en declaraciones televisivas.

Por otro lado, dijo que "la gente votó con esperanza y queremos que eso se contagie. Acá no hay que votar con miedo, queremos mejorar la seguridad, el tránsito... venimos a la política para generar esperanzas y no miedos".

Acerca de la segunda vuelta, Macri se mostró confiado: "Estamos muy tranquilos, este aluvión de votos nos pone contentos y demuestra que estamos cerca de la gente".

La Jornada
De a poco fue llegando gente a "Che Tango", el restaurant de La Boca que suelen frecuentar los turistas extranjeros y el elegido por Mauricio Macri para aguardar la decisión del electorado porteño.

Desde el primer momento, lo que sobraba en las filas del diputado nacional era "tranquilidad".

"Estamos más tranquilos que en las anteriores elecciones", se animó a decir desde una confitería de Palermo antes de sufragar en el colegio de Santa Fe y Scalabrini Ortiz, este mediodía.

Es que la diferencia a favor de Macri estaba sellada desde mucho antes. Lo que restaba saber era el contrincante para la segunda vuelta, por eso lo ojos de todos no estaban puestos solamente en el búnker de Jorge Telerman, sino también en el de Daniel Filmus. Pero también la diferencia con respecto al inmediato competidor.

Pero lo que se creía muy parejo en la previa no fue así. Filmus sacó una distancia de más de 5 puntos desde el comienzo, y todos los resultados de boca de urna lo daban poseedor del segundo puesto. Incluso el propio Telerman dijo por lo bajo que estaban lejos y que sólo esperaban "el voto joven de la tarde".

Pero los sufragios de los remolones no llegaron nunca y hasta se habló de triunfo en primera vuelta.

"La diferencia es irreversible", dijeron allegados al macrismo, aunque nadie quiso anticipar números. "Antes de las ocho no podemos decir nada", aseveró el asesor Horacio Rodríguez Larreta al ingresar al comando electoral.

Fue entones que hubo que aguardar el horario oficial, porque “es PRO”, y esperar la hora pautada consumiendo “rumores” desde búnkers ajenos.

"Se baja, la diferencia es abrumadora", se especuló pasadas las 16 desde el macrismo, en relación con Filmus. Pero la gente del ministro de Educación defendió a capa y espada la voluntad inquebrantable de mantenerse firme para la segunda vuelta.

A decir verdad, fue el propio presidente Néstor Kirchner quien dio la orden de pelear hasta el último momento.

Mientras tanto, el pesimismo ya había copado a los seguidores y aliados de Telerman. "No vamos a dar datos hasta que tengamos precisión", dijeron desde las cercanías del ex ministro de Cultura. Y eso no fue más que un anticipo de una derrota inesperada.

Así las cosas, sabiéndose ganador, Macri no quiso levantar polvareda y prefirió hablar con los números concretos en la mano.

Una vez más ganaba en primera vuelta, como la última vez, pero con una diferencia que ni el más macrista hubiera imaginado. Casi veinte puntos en relación con el titular de la cartera de Educación y con todas las de ganar para la segunda vuelta.

Cabe destacar que antes y después de anunciar el triunfo, Macri se mantuvo llamativamente calmo. Quizás a sabiendas de lo ocurrido en las últimas elecciones, donde cayó a manos de Ibarra por la mínima. Se refugió con sus más allegados y no se mostró mucho en el búnker tanguero.

En el fondo sabe que las cosas no son como en aquel entonces. Ahora tiene un espacio consolidado que ha adquirido experiencia desde la Legislatura porteña. Por eso se festejó y se festejará esta victoria, que es una batalla y no la guerra.

Para tomar el poder de la Ciudad faltan 15 días. Y después de haber aplastado en primera vuelta, lo que sobra es optimismo. tiempoargentino@gmail.com