Lula le pedirá a la Presidenta por las exportaciones de trigo
Tiempo Argentino / Zetavisión / Z Inter Press
Hoy a las 9.30 Cristina Kirchner mantendrá con su colega Lula da Silva la bilateral políticamente más importante en esta cumbre de presidentes del Mercosur. Por de pronto, encontrará un jefe de Estado brasileño decidido a prestar el apoyo que la Presidenta ansía recibir de su aliado estratégico. Pero eso no significa que será apenas una cita amable. Todo indica que Lula mencionará que hay una piedra argentina muy molesta en el zapato del gobierno brasileño. Se trata del trigo. Y no es una cuestión menor.
Argentina llegó a exportar 6,6 millones de toneladas el año pasado. Y el compromiso era abastecer en 2008 al vecino con un volumen semejante. Pero primero la clausura del canal comercializador (en noviembre del año pasado se pararon todas las ventas del grano) y ahora las retenciones móviles han provocado un desbarajuste en el mercado de la harina de Brasil, con derivados del cereal que duplicaron sus precios en pocos meses.
Hubo dos negociaciones entre las partes, una a principios de año y otra en marzo. En ambas, los brasileños consiguieron arrancar un par de millones de toneladas. El primer millón desembarcó; el segundo, liberado en cuentagotas, se completaría, con suerte, en julio. Pero hay algo más: mientras las retenciones al grano rondan 28%, las aplicadas a la harina están en la mitad. Y eso trae resentimientos entre los molineros brasileños, que dependían en más del 60% de los envíos argentinos.
Por el lado de Cristina hay una expectativa: sumar todo lo que pueda en materia energética. Así, hoy tratará de explorar hasta dónde puede llegar la ayuda brasileña en materia de envío de electricidad en los momentos más crudos del invierno. Brasil tendría posibilidades de incrementar los niveles ya comprometidos en febrero, cuando la Presidenta argentina visitó Brasilia. Pero según dijeron fuentes brasileñas no habría margen más que para añadir otros 300 megavatios. Otro de los asuntos a poner en la mesa es la represa de Garabí, un proyecto hidroeléctrico binacional que puede agregar 50% de la actual potencia eléctrica instalada en Argentina.
En el terreno de las especulaciones, hubo quien dijo ayer que a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le gustaría una acción más arriesgada en Petrobras en la exploración del litoral argentino. Después de todo, Uruguay acaba de encontrar enormes yacimientos de hidrocarburos mar afuera.
Antes de salir para Tucumán, Lula instruyó a sus diplomáticos y ministros para que evitaran cualquier irritación con colegas argentinos. Los funcionarios que Clarín escuchó y que hablaban en off no pudieron ser más gráficos: "Hay que entender la situación argentina. Tenemos que ser muy cuidadosos y hábiles, mostrar nuestra sensibilidad." Esta enviada oyó de un alto miembro de Itamaraty lo siguiente: "Lo que menos nos interesa es transformar esto en un conflicto": se refería específicamente al trigo.
Lula, que tiene una muy fina percepción de los riesgos en política, tanto de los propios como de los ajenos, no dará un paso que lo podría mostrar en el futuro como el presidente que empujó con el dedo a su colega privilegiada.
Incluso se llegó a pensar en la posibilidad de sacar en esta bilateral uno de los anuncios más esperados: el lanzamiento oficial del comercio en reales y en pesos entre Argentina y Brasil y no en dólares, como se hace hasta ahora.
Pero como todavía faltan detalles en el proceso, sobre todo en la parte informática, se decidió esperar hasta el 4 de agosto. Ese día Lula iniciará una visita oficial a Buenos Aires y en ese marco se oficializará la puesta en marcha del nuevo sistema. tiempoargentino@gmail.com
Hoy a las 9.30 Cristina Kirchner mantendrá con su colega Lula da Silva la bilateral políticamente más importante en esta cumbre de presidentes del Mercosur. Por de pronto, encontrará un jefe de Estado brasileño decidido a prestar el apoyo que la Presidenta ansía recibir de su aliado estratégico. Pero eso no significa que será apenas una cita amable. Todo indica que Lula mencionará que hay una piedra argentina muy molesta en el zapato del gobierno brasileño. Se trata del trigo. Y no es una cuestión menor.
Argentina llegó a exportar 6,6 millones de toneladas el año pasado. Y el compromiso era abastecer en 2008 al vecino con un volumen semejante. Pero primero la clausura del canal comercializador (en noviembre del año pasado se pararon todas las ventas del grano) y ahora las retenciones móviles han provocado un desbarajuste en el mercado de la harina de Brasil, con derivados del cereal que duplicaron sus precios en pocos meses.
Hubo dos negociaciones entre las partes, una a principios de año y otra en marzo. En ambas, los brasileños consiguieron arrancar un par de millones de toneladas. El primer millón desembarcó; el segundo, liberado en cuentagotas, se completaría, con suerte, en julio. Pero hay algo más: mientras las retenciones al grano rondan 28%, las aplicadas a la harina están en la mitad. Y eso trae resentimientos entre los molineros brasileños, que dependían en más del 60% de los envíos argentinos.
Por el lado de Cristina hay una expectativa: sumar todo lo que pueda en materia energética. Así, hoy tratará de explorar hasta dónde puede llegar la ayuda brasileña en materia de envío de electricidad en los momentos más crudos del invierno. Brasil tendría posibilidades de incrementar los niveles ya comprometidos en febrero, cuando la Presidenta argentina visitó Brasilia. Pero según dijeron fuentes brasileñas no habría margen más que para añadir otros 300 megavatios. Otro de los asuntos a poner en la mesa es la represa de Garabí, un proyecto hidroeléctrico binacional que puede agregar 50% de la actual potencia eléctrica instalada en Argentina.
En el terreno de las especulaciones, hubo quien dijo ayer que a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le gustaría una acción más arriesgada en Petrobras en la exploración del litoral argentino. Después de todo, Uruguay acaba de encontrar enormes yacimientos de hidrocarburos mar afuera.
Antes de salir para Tucumán, Lula instruyó a sus diplomáticos y ministros para que evitaran cualquier irritación con colegas argentinos. Los funcionarios que Clarín escuchó y que hablaban en off no pudieron ser más gráficos: "Hay que entender la situación argentina. Tenemos que ser muy cuidadosos y hábiles, mostrar nuestra sensibilidad." Esta enviada oyó de un alto miembro de Itamaraty lo siguiente: "Lo que menos nos interesa es transformar esto en un conflicto": se refería específicamente al trigo.
Lula, que tiene una muy fina percepción de los riesgos en política, tanto de los propios como de los ajenos, no dará un paso que lo podría mostrar en el futuro como el presidente que empujó con el dedo a su colega privilegiada.
Incluso se llegó a pensar en la posibilidad de sacar en esta bilateral uno de los anuncios más esperados: el lanzamiento oficial del comercio en reales y en pesos entre Argentina y Brasil y no en dólares, como se hace hasta ahora.
Pero como todavía faltan detalles en el proceso, sobre todo en la parte informática, se decidió esperar hasta el 4 de agosto. Ese día Lula iniciará una visita oficial a Buenos Aires y en ese marco se oficializará la puesta en marcha del nuevo sistema. tiempoargentino@gmail.com
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